Carta de apoyo a Pacto por el Mar Menor

Mi nombre es David Lorca y actualmente trabajo como PostDoc en el Albert Einstein Center for Fundamental Physics de la Universidad de Berna, Suiza. En concreto mi trabajo de investigación se centra en el campo de la física de neutrinos, campo que recientemente ha sido reconocido gracias a los premios Nobel de física de este año 2015.

Soy natural de Torreagüera, una pedanía del municipio de Murcia, pero desde bien pequeño he pasado (no solo los veranos) en este singular entorno que es el Mar Menor y en donde, cada vez que tengo oportunidad, vuelvo a visitar familiares y amigos. Es muy triste observar como año tras año,  reconozco menos ese lugar único, donde muchos de nosotros hemos adquirido ciertos valores de humanidad y respeto por el medio ambiente. Lugar que, si no se toman las medidas oportunas, dejará de representar estos valores para convertirse en otro páramo más sin vida, gracias a la acción descontrolada del ser humano.

Por motivos laborales, fuertemente condicionados por la poltica de nuestro país, resido en un lugar donde existe una fuerte concienciación por el medio ambiente, por su respeto y por su cuidado, ya que entienden que es uno de los mayores tesoros con los que contamos en nuestro periodo de vida. Pero este respeto no ha surgido de forma casual, sino gracias a los altos niveles de educación medioambiental que esta sociedad ha decidido promover. No es descabellado pensar que también podamos lograr niveles de educación medioambiental similares que permitan el equilibrio socionatural en nuestra región.

Recientemente he conocido la labor que está llevando a cabo su plataforma, labor con la que me identifico totalmente y a la que brindo todo mi apoyo. En particular, a las jornadas que se celebrarán los próximos días 2 y 3 de Diciembre en la Universidad de Murcia, jornadas que espero sirvan como punto de partida para lograr un compromiso de actuación entre partidos políticos y plataformas sociales que permitan la recuperación y salvación del Mar Menor.

El camino es largo, pero la recompensa enorme.

Un saludo,

David Lorca