Decálogo para recuperar el Mar Menor

Miguel Angel Esteve Selma

Profesor de Ecología y miembro de Ecologistas en Acción


Sin lugar a dudas ha sido un éxito. Felicito sinceramente a los promotores del Pacto por el Mar Menor y las jornadas de debate realizadas la pasada semana por su esfuerzo y oportunidad. Con una iniciativa ciudadana enérgica, digna de todo reconocimiento, han puesto en la agenda política los males de nuestra singular laguna, debatiendo el problema desde todas las perspectivas posibles y apuntando algunas soluciones para que el Mar Menor salga de la UVI en donde está instalado desde hace tiempo.

La Laguna del Mar Menor es ante todo un sistema natural forzado por una actividad humana de décadas y, al mismo tiempo, es un importantísimo activo económico que no podemos desatender. Este activo económico se sustenta en el funcionamiento ecológico de la laguna y de sus sistemas naturales adyacentes. Si éste falla o se desequilibra el activo económico sufrirá y esto es lo que está ocurriendo. Las razones de este maltrato hacia el Mar Menor son diversas: desprecio a las reglas de juego que imponen sus características naturales, una visión desarrollista y cortoplacista ajena a cualquier limitación, ignorancia deliberada de los avisos tempranos de científicos y ecologistas, etc. No obstante, creo que lo que resulta más importante en estos momentos es la adopción de soluciones. Dado que el diagnóstico es compartido por todos, aquí van diez propuestas de lo que entiendo habría que hacer y de cómo habría que abordarlo a modo de hoja de ruta. Durante los debates se discutieron varias de ellas. Todo para rescatar el Mar Menor de su estado ecológico y económico lamentable.

1. Nuclear todos los instrumentos administrativos sectoriales alrededor del Plan de Gestión Ambiental del Mar Menor, ya redactado y en proceso de aprobación. Esto significa que las iniciativas deben ser coherentes u orientadas por este plan.

2. Promover una moratoria de nuevas urbanizaciones, al tiempo que se redactan unas directrices territoriales basadas en la capacidad de acogida urbano-turística bajo estándares de sostenibilidad, el reciclaje de suelo y la arquitectura del paisaje. Todo ello con el objetivo de reducir la presión urbanística y devolver parte de la atmósfera tradicional del Mar Menor con sus estructuras palafíticas que realzaban su especial atractivo turístico. Proceder a la restauración de los restantes elementos singulares de su patrimonio cultural y natural como las encañizadas, palmerales tradicionales, casas torre y molinos, dunas y humedales remanentes y el resto de espacios intersticiales.

3. Evaluar el estado de la red de saneamiento, especialmente alcantarillado y colectores que suelen estar en peores condiciones que las propias estaciones depuradoras. La intrusión de agua marina por mal diseño o mantenimiento insuficiente del sistema de saneamiento es algo común que afecta gravemente a su eficacia y esta intrusión se intensificará con la subida prevista en el nivel del mar asociado al cambio climático.

4. Incrementar la sostenibilidad de la actividad agraria en el Campo de Cartagena, mediante una buena contabilidad de las áreas regadas y una auditoría detallada de su estado e implicaciones ambientales. Potenciar las iniciativas de agricultura intensiva sostenible, especialmente agricultura ecológica y un sistema de infraestructuras verdes en el mismo paisaje agrario, aprovechando el Plan de Desarrollo Rural vigente 2014-2020.

5. Restaurar antiguas zonas húmedas para hacerlas funcionar como filtros verdes que absorban los drenajes agrarios y eventualmente urbanos. Priorizar las actuaciones en el entorno de la Rambla del Albujón, principal entrada fija de nutrientes en la laguna.

6. Intervenir de forma urgente en la eliminación y/o permeabilización de espigones, diques y cualquier otro obstáculo a la dinámica sedimentaria de la ribera interna de la laguna y en la playa de la Llana. Realizarlo con un protocolo técnico-científico bien diseñado que garantice el mínimo impacto ambiental.

7. Establecer un sistema de monitoreo ambiental permanente para la laguna y sus sistemas naturales adyacentes.

8. Crear inmediatamente el Consejo del Mar Menor, como órgano de participación pública y de corresponsabilización social donde estén representados las administraciones y todos los sectores económicos, sociales y científicos, y permita la adopción de soluciones consensuadas. Revisión por este Consejo de los contenidos de la Iniciativa Territorial Integrada para optimizar la inversión de los 45 millones de euros previstos.

9. Establecer una Oficina técnica para la Sostenibilidad del Mar Menor, adscrita a la administración ambiental y dotada de personal y presupuesto –que debería materializarse mediante la oportuna enmienda a los presupuestos de la Comunidad Autónoma- para coordinar en horizontal y vertical todas las iniciativas administrativas y garantizar su adecuado cumplimiento. Esta oficina sería la prolongación técnica del Consejo del Mar Menor. Establecerá convenios de colaboración con todas las instituciones científicas y las ONG, para la realización de los estudios y campañas pertinentes, y recibirá financiación de las tres administraciones. Promocionará tareas de sensibilización y educación ambiental y establecerá un sistema de indicadores de sostenibilidad ambiental, social y económica del Mar Menor que publicará anualmente.

10. Redacción y aprobación de la Ley de Gestión Integral del Mar Menor, para conceder amparo jurídico a la estructura anterior. Incluiría el Consejo del Mar Menor, la Oficina técnica, y los instrumentos de intervención: plan de gestión ambiental, directrices territoriales, plan de protección de riberas, armonización de usos y adaptación al cambio climático, plan de sostenibilidad agraria, plan de saneamiento integral, programa de comunicación y educación ambiental, programa de monitoreo y sistema de indicadores.

Diez medidas para que el Mar Menor pueda restablecer su salud ambiental y de esta manera sostener su actividad económica. Por una vez seamos inteligentes y esforcémonos por recuperar aquel Mar Menor que nos ofreció gratuitamente tantas emociones y experiencias a incontables generaciones de murcianos y murcianas. Aunque no lo parezca, recuperarlo aún es posible si actuamos con urgencia. Todo es cuestión de voluntad.