El desarrollo económico del entorno del Mar Menor se ha basado, y se basa, en su riqueza natural, en sus valores medioambientales y paisajísticos.  Sin embargo, el Mar Menor es un ecosistema frágilmuy frágil, de recursos limitados y de gran demanda. Demanda que le ha causado un daño quizá irreversible. La avidez por aprovecharlo, por disfrutarlo, por navegarlo, por vivirlo... le ha ido dejando cicatrices, tales como, la del ensachamiento del canal del Estacio, la urbanización salvaje de sus costas, la agricultura intensiva de su entorno, los dragados y la mal llamada regeneración de playas... y quizá lo haya herido de muerte.

 Si la calidad de sus aguas continúa degradándose y pierde su capacidad de regeneración y la capacidad de sostener una fauna y flora únicas, si sus riberas están cubiertas de asfalto, cemento y hormigón, si sus cielos ya no son surcados por aves migratorias y sus playas no son aptas para el baño; ¿quién va a querer vivir en sus riberas? ¿qué turista querrá venir a conocerlo? y en consecuencia, ¿qué actividades económicas podrán sobrevivir? 

Ante la gravedad de esta situación un pequeño grupo de amigos fueron forjando durante el verano de 2015 la idea de poner en marcha un movimiento ciudadano que integrara a personas y colectivos diversos, de diferentes sensibilidades políticas, pero a los que uniera la preocupación por el deterioro del Mar Menor. Así, empezaron a contactar con los expertos que mejor conocen la laguna, con asociaciones ecologistas, de juristas, de vecinos. Con la finalidad de dar a conocer las causas este deterioro se organizaron unas jornadas en diciembre en las que se pidió a científicos de la Universidad de Murcia y de Madrid que expusieran sus conocimientos sobre la situación actual de la laguna y las posibles soluciones a los problemas que la asolan, y se pidió a los representantes de los partidos políticos un compromiso para conseguir parar las agresiones que sufre el Mar Menor .

Desde aquí queremos agradecer la fuerza y la constancia de ese primer pequeño grupo que en poco más de un mes había conseguido la adhesión de número significativo de personas y conformar esta plataforma que hoy nos convoca. 

La plataforma Pacto por el Mar Menor ha recogido la voz de una sociedad que quiere ser escuchada ante la pérdida de sus derechos, una sociedad que demanda soluciones efectivas e inmediatas para proteger un patrimonio natural universal cuya custodia y conservación es un bien que tenemos obligación de legar vivo e intacto. Somos personas que día a día sentimos que perdemos un tesoro del que formamos parte y que nos identifica. Nos sentimos indignados ante una administración que mira hacia otro lado, una administración que anda perdida en una serie de proyectos que no tiene intención de llevar a cabo.

Pacto por el Mar Menor suma la colaboración e implicación de personas, asociaciones y colectivos, a la de los científicos que desarrollan su trabajo para dar soluciones a los problemas existentes, al tiempo que reivindica a la administración:

- La aprobación del Plan de Gestión de Espacios Protegidos del Mar Menor y de la Franja Litoral Mediterránea de la Región de Murcia.

- Impulsar con la participación de todos los agentes sociales, la tramitación de una Ley de Gestión Integral del Mar Menor. 

- Iniciar con carácter de urgencia actuaciones en la Rambla del Albujón y zonas adyacentes para evitar la entrada de nutrientes a la laguna. Entre ellas, la restauración de antiguas zonas húmedas como filtros verdes. 

- Evaluar y corregir el estado de la red de saneamiento, con especial atención al alcantarillado y colectores.

- Potenciar la sostenibilidad de la actividad agraria en el Campo de Cartagena

- Declarar una moratoria urbanística hasta la promulgación de la Ley de Gestión Integral del Mar Menor que será la que establezca las condiciones de los nuevos desarrollos. 

- Intervenir de forma urgente en la eliminación y/o permeabilización de infraestructuras que supongan un obstáculo a la dinámica sedimentaria de la ribera interna de la laguna. 

- Promover una nueva orientación turística sostenible que sustituya la actual ligada a los desarrollos urbanísticos y recupere nuestra etnografía.

- Y sustituir la mal llamada regeneración de playas por otros modelos como las plataformas de madera... que no dañen este frágil ecosistema marino.

La toma de decisiones que afectan al patrimonio universal, natural y etnográfico, la toma de decisiones que afectan a la identidad de los pueblos y a sus raíces, debe ser un proceso de abajo hacia arriba. De la sociedad, de los expertos, hacia la Administración. El proceso inverso es de otros tiempos e insostenible. Y es el que hasta hoy ha primado y fracasado. 

El actual modelo de gestión y desarrollo económico no tiene futuro, por lo tanto, la administración pública tiene la responsabilidad de garantizar la calidad de vida presente y futura, y tiene también la responsabilidad de velar por la integración de los intereses económicos y la conservación del medio ambiente. 

Actualmente se dispone de financiación con Fondos FEDER a través del instrumento financiero ITI-Mar Menor, aunque su correcta aplicación se ve amenazada por la demora en la aprobación del imprescindible Plan de Gestión de Espacios Protegidos del Mar Menor y de la Franja del Litoral Mediterránea. Un Plan que debería aportar una visión integral y efectiva, lejos de proyectos o medidas descoordinadas como las que se están proponiendo desde la Administración Regional. Medidas que no contemplan la urgencia de la situación y, que además, no ofrecen soluciones al primer y más importante problema del Mar Menor: el deterioro de la calidad de sus aguas. El planteamiento de estas actuaciones está centrado, como siempre, en obras públicas e infraestructuras; y no tienen en cuenta el conocimiento científico y tecnológico que atesoran nuestras universidades y Centros de Investigación y Desarrollo.

Los temas medioambientales tienen cara humana: las personas somos agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo, y las administraciones y las políticas públicas son instrumentos de la sociedad y no a la inversa. 



A través de esta Plataforma estamos llevando la voz del propio Mar Menor ante las Administraciones y grupos políticos, porque tenemos el deber de devolverle lo mucho que nos ha dado. Por esta razón, mucho más que una Plataforma Social, somos la integración de un sentir colectivo, de un conocimiento basado en la realidad y en el esfuerzo que permite evolucionar con nuestro medio natural en simbiosis.